Uno de los temas que se nos propuso tratar en el blog, era el cambio y la degradación del valor que le damos a las cosas…
Una de las características que nos distingue como seres humanos, además del humor, es que nos encontramos constantemente lanzados hacia el futuro. Nuestros pensamientos están, la mayoría de las veces, en relación a las opciones que debemos elegir para lograr una mejor vida y ser más felices, o en lo que tenemos que hacer mañana, el fin de semana…, olvidándonos del presente.
Además también formamos parte de una sociedad que vive enfocada en lo extremo, mirando solamente lo que ocurre fuera de uno mismo. Vivimos en función de los demás, desarraigados de nuestra persona, preocupándonos solo de lo que vemos y no de lo que sentimos, de lo que es correcto hacer socialmente o no, de lo que hacen y cómo viven los demás, del reconocimiento social, de la aprobación o reprobación.
Escuchamos y leemos información que otros entregan acerca del mundo. Con la publicidad y en general con la complejidad del mundo actual, nos sumergimos en un mar de mandatos: ¡Compre que ya viene la navidad!... y no enfocamos nuestra mirada a ver y analizar qué es lo que sucede con uno mismo diariamente. El mundo no para, todo corre a gran velocidad y nadie se detiene a cuestionarse la situación, cuando es importante pensar que es lo que verdaderamente nos importa.
¿A que le estamos dando valor en nuestra vida diaria?, y ¿a que le damos valor como sociedad? La necesidad de detenerse y pensar uno mismo, es dar un paso y salirse de la fuerte sociedad, o mejor dicho, el mercado nos hace valorar un mejor coche, una copa a la moda, una casa propia, un mejor ordenador y muchas cosas más, ¿de verdad creéis que esto es lo que realmente importa?
Ola soy malak me pareze que tienes toda la razon con este tema pero me gustaria si tratareis las tradiciones de nuestra sociedad
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